D y C 130:22-23

 


22 El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo; pero el Espíritu Santo no tiene un cuerpo de carne y huesos, sino es un personaje de Espíritu. De no ser así, el Espíritu Santo no podría morar en nosotros.

23 El hombre puede recibir el Espíritu Santo, y este puede descender sobre él y no permanecer con él.