> Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, Núm. 11:29.
> Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, Núm. 12:6.
> Jehová amonestó a Israel por medio de todos los profetas, 2 Rey. 17:13 (2 Cró. 36:15–16; Jer. 7:25).
> Te di por profeta a las naciones, Jer. 1:5, 7.
> El Señor revela su secreto a sus siervos los profetas, Amós 3:7.
> Habló por boca de Sus santos profetas, Lucas 1:70 (Hech. 3:21).
> De Jesucristo dan testimonio todos los profetas, Hech. 10:43.
> Dios puso profetas en la Iglesia, 1 Cor. 12:28 (Efe. 4:11).
> La Iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, Efe. 2:19–20.
> El pueblo ha rechazado las palabras de los profetas, 1 Ne. 3:17–18 (2 Ne. 26:3).
> Por el Espíritu son reveladas a los profetas todas las cosas, 1 Ne. 22:1–2.
> Cristo vino al mundo para cumplir todas las cosas que había declarado por boca de Sus santos profetas, 3 Ne. 1:13 (DyC 42:39).
> Aquellos que no prestaren atención a las palabras de los profetas serán desarraigados, DyC 1:14.
> Quienes creen en las palabras de los profetas tienen vida eterna, DyC 20:26.
> Recibiréis la palabra del profeta como si viniera de mi propia boca, DyC 21:4–6.
> Las revelaciones y los mandamientos para la Iglesia se reciben únicamente por conducto de aquel que el Señor ha nombrado, DyC 43:1–7.
> El deber del presidente es presidir a toda la Iglesia, y ser semejante a Moisés, ser profeta, DyC 107:91–92.
> Creemos en profetas, AdeF 1:6.