Paraíso, Gloria paradisiaca



Isaías 11:6–9
6 Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; y el becerro y el leoncillo y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.

7 Y la vaca y la osa pacerán; sus crías se echarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja.

8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

9 No harán mal ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

Isaías 51:1–3
1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová; mirad a la piedra de donde fuisteis cortados y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.

2 Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, que os dio a luz; porque lo llamé a él cuando era uno solo, y lo bendije y lo multipliqué.

3 Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y convertirá su desierto en Edén y su soledad en huerto de Jehová; se hallarán en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cántico.


Isaías 65:17–25
17 Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni vendrá más al pensamiento.

18 Mas gozaos y regocijaos para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo he creado a Jerusalén para regocijo y a su pueblo para alegría.

19 Y me regocijaré con Jerusalén y me alegraré con mi pueblo, y nunca más se oirán en ella voz de llanto ni voz de clamor.

20 No habrá más allí niño de días ni anciano que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

21 Y edificarán casas y morarán en ellas; y plantarán viñas y comerán el fruto de ellas.

22 No edificarán para que otro habite ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.

23 No trabajarán en vano ni darán a luz para desgracia, porque son descendencia de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.

24 Y acontecerá que antes que clamen, yo responderé; mientras aún estén ellos hablando, yo habré oído.

25 El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte, ha dicho Jehová.


Ezequiel 36:35
35 Y dirán: Esta tierra desolada se ha convertido en un huerto de Edén; y estas ciudades que se hallaban desiertas, y desoladas y arruinadas ya están fortificadas y habitadas.


Paraíso
Esa parte del mundo de los espíritus donde los espíritus de los justos que han partido de esta vida esperan la resurrección del cuerpo. Es un estado de felicidad y paz.

El término paraíso también se emplea en las Escrituras para referirse al mundo de los espíritus (Lucas 23:43), al reino celestial (2 Cor. 12:4) y a la condición glorificada que tendrá la tierra durante el Milenio (AdeF 1:10).

> Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios, Apoc. 2:7.

> El paraíso de Dios ha de entregar los espíritus de los justos, 2 Ne. 9:13.

> Los espíritus de los que son justos serán recibidos en un estado de felicidad que se llama paraíso, Alma 40:11–12.

> Los discípulos de Jesús habían ido todos al paraíso de Dios, con excepción de tres, 4 Ne. 1:14.

> Iré a descansar en el paraíso de Dios, Moro. 10:34.

> Cristo ministró entre los espíritus rectos en el paraíso, DyC 138.